Evaluación de la recuperación de las poblaciones naturales de Caoba y Cedro en el Perú
LA RECUPERACIÓN DE LAS POBLACIONES NATURALES DE CAOBA Y CEDRO EN EL PERÚ
IGNACIO LOMBARDI
CARLOS GARNICA
JORGE CARRANZA
VÍCTOR BARRENA
HATZEL ORTIZ
JULIO GAMARRA
BLANCA PONCE
UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA MOLINA
EVALUACIÓN DE LA RECUPERACIÓN DE LAS POBLACIONES NATURALES DE CAOBA Y CEDRO EN EL PERÚ
IGNACIO LOMBARDI
CARLOS GARNICA
JORGE CARRANZA
VÍCTOR BARRENA
HATZEL ORTIZ
JULIO GAMARRA
BLANCA PONCE
Evaluación de la Recuperación de las Poblaciones de Cedro y Caoba en el Perú Lombardi Ignacio; Garnica Carlos; Carranza Jorge; Barrena Víctor; Ortiz Hatzel; Gamarra Julio; Ponce Blanca Primera edición: noviembre 2014 Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº: 2014-16955 Editado por: Universidad Nacional Agraria La Molina Av. La Molina s/n La Molina Apartado Postal 456 Lima, Perú Teléfono 614-78 00 anexo 270 Impreso en: Julio A. Gamarra Bustamante Jr. Los Molinos de San Miguel Nº 297, La Molina, Lima noviembre 2014 Diagramado por: Yanitza Curonisy Velarde Correo-e: ycuronisy@yahoo.es Citar: Lombardi I; Garnica C.; Carranza J; Barrena V; Ortiz H; Gamarra J; Ponce B. 2014. Evaluación de la Recuperación de las Poblaciones de Cedro y Caoba en el Perú. Universidad Nacional Agraria La Molina. Lima, Perú. 116p + anexos --------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- PRESENTACION En el esfuerzo continuo que tiene la Universidad Nacional Agraria La Molina, en generar conocimientos sobre las especies CITES maderables, como son el cedro y la caoba, se presenta este libro, titulado: Evaluación de la recuperación de las poblaciones naturales de caoba y cedro en el Perú, desarrollado con el aporte financiero del “Programa entre la Organización Internacional de Maderas Tropicales (OIMT) y Convención Internacional para el Comercio de Especies Amenazadas (CITES) para especies arbóreas y transparencia del mercado/comercio”. En el proceso de aprovechamiento de estas especies, se contempla reservar árboles semilleros; cuya calidad no es conocida, por lo que con el presente estudio, se está empezando a cubrir vacío de información sobre la dinámica del comportamiento de la regeneración natural y la calidad de los árboles semilleros. Este libro busca llamar la atención de los actores forestales o de la comunidad científica, sobre el funcionamiento de los árboles semilleros dejados en las parcelas de corta. Se espera que con la información obtenida de este esfuerzo, se pueda orientar a tomar las mejores decisiones para la recuperación de las poblaciones de las especies en mención, evitando que desaparezcan de las áreas que actualmente ocupan. Además, esta obra es un reconocimiento a la labor de los profesores de la Facultad de Ciencias Forestales y de investigadores comprometidos en el desarrollo forestal del país. JESÚS ABEL MEJÍA MARCACUZCO RECTOR UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA MOLINA – UNALMPersonal del Estudio UNIVERSIDAD NACIONAL AGRARIA LA MOLINA FACULTAD DE CIENCIAS FORESTALES IGNACIO LOMBARDI INDACOCHEA Coordinador UNALM CARLOS GARNICA PHILIPPS Coordinador ITTO JORGE CARRANZA CASTAÑEDA Evaluador de Recursos Naturales VÍCTOR BARRENA ARROYO Especialista en Estadística Forestal Asistentes HATZEL ORTIZ BONETT JULIO GAMARRA BLANCA PONCE VIGO KARIN CUBA VIDAL DENISSE LÓPEZ CABRERA Personal Administrativo UNALM CARMELA RODRÍGUEZ MORA JHONY HUAMANÍ UNOC
Agradecimientos A los titulares de las unidades de aprovechamiento, tanto en concesiones con fines maderables como Comunidades Nativas, por permitir y apoyar el desarrollo de las evaluaciones de campo y apostar por la investigación como fuente de conocimiento y mejora del bosque. Al Ministerio del Ambiente (MINAM), a través de la Dirección General de Diversidad Biológica, por facilitar información de su estudio de recuperación de las poblaciones de caoba y cedro en la región de Madre de Dios, al Ministerio de Agricultura y Riego (MINAGRI), a través de la Dirección General Forestal y de Fauna Silvestre (DGFFS), a la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), a través del Organismos de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (OSINFOR), al Gobierno Regional de Madre de Dios (GOREMAD), a través de su Autoridad Regional Ambiental y de Bosques (ARA MDD), por su apoyo recibido para el desarrollo del estudio. A las autoridades de la Universidad Nacional Agraria la Molina (UNALM) por las facilidades brindadas para que el equipo del estudio pudiera desarrollar adecuadamente las actividades planificadas. A la cooperación Internacional, Programa CITES – ITTO, por apoyar el plan de trabajo a largo plazo propuesto por el equipo técnico de la UNALM para incrementar el conocimiento acerca del estado de recuperación de las poblaciones de las especies caoba y cedro. ---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Las especies Swietenia macrophylla King (caoba) y Cedrela odorata Linnaeus (cedro) por su alta calidad de madera y gran demanda en el mercado nacional e internacional pertenecen al grupo de especies valiosas del Bosque Húmedo Tropical peruano. La intensa actividad extractiva durante las últimas décadas para ambas especies, originó una preocupación nacional respecto a los estados poblacionales, viéndose en la necesidad de incluir desde noviembre de 2003 en el Apéndice II de la Convención Internacional para el Comercio de Especies Amenazadas (CITES) a S. macrophylla y desde octubre de 2001 a Cedrela odorata en el Apéndice III de la Convención. Esta situación, restringió el comercio de la madera de estas especies y su aprovechamiento se condicionó para que no se comprometa la supervivencia de dichas especies. En el año 2002 la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM) fue designada Autoridad Científica para Flora Maderable proponiendo un plan de trabajo de corto, mediano y largo plazo, con el objetivo nacional de lograr la exclusión de la caoba del Apéndice II de la CITES, mediante el aseguramiento de las poblaciones de caoba enmarcados en el desarrollo de capacidades técnicas para el conocimiento del comportamiento de la especie, razón por la cual la UNALM ha venido ejecutando difentes proyectos y actividades con el apoyo de la Organización Internacional de las Maderas Tropicales y el programa OIMT- CITES para especies arbóreas y transparencia del mercado/comercio (TMT). Es así que, en esta necesidad de continuar con el conocimiento de ambas especies, a través del programa OIMT-CITES se ha desarrollado una nueva etapa de evaluación, cuyo objetivo es contribuir a desarrollar un modelo para evaluar la regeneración natural de las poblaciones de caoba y cedro. 2.1. Autoridad Científica La Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM) fue designada Autoridad Científica para Flora Maderable en el 2002, año en que el Comité de Flora realizado en Santiago de Chile, coloca a la caoba (Swietenia macrophylla King) en el Apéndice II de la Convención CITES, donde se daba un año para que en el país empiece el control efectivo de la especie. Bajo estas circunstancias, la UNALM propone un plan de trabajo de corto, mediano y largo plazo, con el objetivo nacional de lograr la exclusión de la caoba del Apéndice II de CITES, mediante el aseguramiento de las poblaciones de caoba y que estas no disminuyan, que en el largo plazo vuelva a ser una especie de libre comercio y emitir un certificado CITES que sea aceptado internacionalmente. La UNALM empezó a implementar dicho plan, primero con recursos propios y apoyo del Ministerio de Agricultura, para luego buscar apoyo internacional con el fin de poder implementar adecuadamente las diferentes etapas del plan, consiguiendo ayuda económica de la Organización Internacional de Maderas Tropicales (ITTO) con el Proyecto UNALM-ITTO PD 251/03 Rev. 3(F) “Evaluación de las existencias comerciales y estrategia para el manejo sostenible de la caoba (Swietenia macrophylla King) en el Perú” que además contó con el apoyo del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) a través del fondo de la PL 480. Este proyecto estaba orientado a conocer el estado de las poblaciones de caoba en el país y a construir una base de datos que permita hacer el seguimiento a las unidades forestales que se encontraran explotando la especie y conocer cuáles son las especies asociadas al desarrollo y crecimiento de los individuos de caoba. A solicitud del país, desde el 29 de octubre del 2001 según notificación 2001/061 del 9 de julio del 2001 el Cedro es considerado en el Apéndice III de la Convención Internacional para el Comercio de Especies Amenazadas (CITES). El Perú en julio del 2006 emite el Decreto Supremo 043-2006-AG “Categorización de especies amenazadas de Flora Silvestre” donde se categorizan a las diferentes especies del género Cedrela, teniendo a C. lilloy como especie en peligro mientras que: C. fissilis, C. montana, C. odorata y S. macrophylla en la categoría de especies vulnerables. Ante esto, la UNALM asume la responsabilidad de realizar la evaluación de las poblaciones del género Cedrela spp., con el objetivo nacional de conocer su estado y asegurar la supervivencia de la especie. Es así que se inicia la búsqueda de recursos económicos para la realización de esta actividad solicitándolo a instituciones internacionales interesadas, finalmente consigue ayuda de la Organización Internacional de Maderas Tropicales (ITTO) por medio de la ampliación del Proyecto UNALM-ITTO PD 251/03 Rev.3 (F) “Evaluación de las existencias comerciales y estrategia para el manejo sostenible de la caoba (Swietenia macrophylla King) en el Perú” - Addendum a fin de evaluar la situación de cedro en el Perú. Este proyecto estaba orientado a conocer el estado de las poblaciones de cedro en el país y a construir una base de datos que permita hacer el seguimiento a las unidades forestales que se encontraran explotando al género Cedrela y conocer cuáles son las especies asociadas al desarrollo y crecimiento de los individuos de esta especie. Luego de la ejecución del Proyecto PD 251/03 Rev. 3(F). y posteriormente su Adenda, se propuso efectuar ajustes a la metodología para el monitoreo de las parcelas de caracterización levantadas inicialmente a fin de generar un sistema continuo sobre el estado de las poblaciones para ambas especies, permitiendo realizar los respectivos informes de no detrimento para estas. Es así que, con el apoyo del programa OIMT-CITES para especies arbóreas y transparencia del mercado/comercio (TMT), se ejecuta la actividad: “Diseño, validación y ajuste de la metodología para el seguimiento y evaluación periódica de las parcelas de caracterización de las poblaciones de cedro y caoba. Los resultados de esta actividad permitieron actualizar los datos contenidos en el sistema de información con la que se cuenta, de esta forma se ha podido establecer los cupos anuales de aprovechamiento de la caoba; asimismo, ha permitido ajustar el esquema de ordenamiento de las diferentes actividades de la explotación forestal tomando en cuenta el calendario fenológico de las dos especies, así como un plan silvicultural, sobre el cual se debe organizar el aprovechamiento futuro. Ante la creación del Ministerio del Ambiente en el 2008, se le asigna a éste la responsabilidad de ser Autoridad Científica CITES del país. A finales del 2012, la Dirección General de Diversidad Biológica desarrolló el “Estudio de investigación de especies cites priorizada para evaluar la recuperación de las poblaciones de caoba y cedro”, cuyo ámbito fueron las parcelas de corta anual de las concesiones forestales que tienen aprobados sus Planes Operativos Anuales (POAs) y que realizaron aprovechamiento de cedro y caoba para los años 2012 y 2013, las mismas que estan ubicadas en la provincia de Tahuamanu, departamento de Madre de Dios. El objetivo de este estudio fue la de evaluar la recuperación de las especies de caoba (Swietenia macrophylla King.) y cedro (Cedrela spp.) en un área de producción permanente. 2.2. Legislación Desde el año 2002, se inició el proceso de otorgamiento de unidades de aprovechamiento forestal bajo la modalidad de contratos forestales, entre los cuales destacaban los otorgados a personas naturales o jurídicas con la finalidad del aprovechamiento maderable, debiéndose cumplir una serie de requisitos, entre ellos, la formulación de planes generales de manejo como herramientas de gestión a largo plazo y planes operativos anuales como instrumentos de planificación a corto plazo. En el año 2003, se emite la Resolución Jefatural Nº 109-2003-INRENA, la misma que brinda las pautas y formatos de presentación de los documentos necesarios para la gestión de las concesiones forestales con fines maderables, destacando entre otros, la conservación de árboles semilleros, determinándose que durante el censo comercial de especies forestales se deben identificar y marcar árboles para ser reservados como semilleros, en un mínimo de 10% de los árboles de las especies comerciales sujetas a aprovechamiento a partir del Diámetro Mínimo de Corta (DMC) y que no evidencien problemas fitosanitarios mayores (como pudrición o huecos en más de 3 m a lo largo del fuste), ni se encuentren con una copa muy reducida o que estén demasiado inclinados (menos de 20 grados); además, se debe tener en cuenta que tengan una buena distribución espacial. (INRENA, 2003). A la fecha, el cedro y caoba han sido motivo de inspecciones por parte de autoridades regionales, verificaciones por parte de la autoridad nacional y supervisiones por parte de la entidad reguladora y fiscalización, logrando efectuar un control sobre el comercio de los productos maderables, el cumplimiento de la conservación de árboles semilleros, entre otros; sin embargo, los estándares aplicados no determinan si la intensidad de aprovechamiento es congruente con el estado de la recuperación y si es suficiente la conservación de los árboles semilleros para ambas especies. 3.1. Descripción de la especie 3.1.1. Swietenia Macrophylla King. La especie caoba pertenece a la familia botánica Meliaceae, y al género Swietenia, se caracteriza por tener hojas paripinadas, en raras ocasiones con una hojuela más grandes, que da la idea de hojas imparipinadas, de 10 a 50 cm de largo dependiendo de la edad del árbol y de la posición de las hojas en el árbol (Navarro, 1999). El área de distribución natural de la caoba se extiende desde México, a los 23º N siguiendo la franja costera del Atlántico hacia América del Sur, en donde continúa en un amplio arco desde Venezuela, a través de las regiones amazónicas de Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Brasil, hasta los 18º S (Lam, 1966; Pennington, 1981). En cuanto a su distribución ecológica, esta corresponde a los bosques clasificados como “tropical seco”, con temperatura anual promedio de igual o superior a 24 ºC, con precipitaciones anuales que van desde los 1 000 mm/año hasta los 2 000 mm/año y con un coeficiente de evapotranspiración de 1,0 - 2,0 (Holdridge, 1967). Además crece naturalmente en una gama muy amplia de tipos de suelo, incluidas las que resulten de rocas sedimentarias, ígneas y metamórficas, y los que son de origen de aluviones volcánicos (Mayhew y Newton, 1998). La caoba es una especie monoica, la floración puede ocurrir en diferentes periodos según la región, en el Perú entre setiembre y octubre (Navarro, 1999). Se reconoce en el campo por la corteza externa agrietada, color marrón rojizo, con ritidoma en placas irregulares, y la presencia de raíces tablares. Las hojas compuestas son características, con pocos pares de foliolos, éstos marcadamente asimétricos. Los frutos son también distintivos, muy grandes y leñosos; a diferencia del género Cedrela en que los frutos abren del ápice hacia la base, los frutos de Swietenia abren de la base hacia el ápice. 3.1.2. Cedrela sp. Pertenecen a la familia botánica Meliaceae. Este género se caracteriza por ser caducifolio, de 20 a 35 m (hasta 45 m) de altura total, con un diámetro a la altura del pecho de hasta 1.7 m, hojas compuestas alternas, paripinnadas o imparipinnadas, de 15 a 50 cm (Newton, 1993). El área de distribución natural del cedro es desde el norte de México, en el Estado de Sinaloa (26°N), hasta Chiapas en la vertiente del Pacífico y desde el Estado de Tamaulipas hasta Campeche, Yucatán y Quintana Roo en la vertiente del Atlántico, continuando a través de América Central y Sur América hasta Argentina en las provincias de Misiones y Tucumán (28°S), también se encuentra en las islas del Caribe. Por lo general crece en terrenos con suelos fértiles, con buen drenaje, ocurre tanto en bosque tropical y subtropical seco y húmedo, donde se reporta en altitudes de hasta 1 200 m (Standley y Steyermark, 1946; Verduzco, 1961; Lamb, 1968; Holdridge, 1976; Pennington y Styles, 1975). El cedro es un árbol del Neotrópico, encontrándose en los bosques de las zonas de vida subtropical o tropical húmedas o estacionalmente secas (Holdridge, 1976). En cuanto al clima el cedro es una especie generalista, encontrándose sobre una vasta distribución geográfica de fajas latitudinales cálidas, desde el bosque subtropical seco (Holdridge, 1976). En el caso específico de C. odorata, ésta requiere mucha luz y crece en un clima con precipitaciones anuales comprendidas entre 1 200 y 2 500 mm a altitudes de 0 a 1 500 msnm (Webb et al., 1984). Los registros de floración de C. odorata han sido observados durante la estación seca, mayormente entre Julio a Octubre y su fructificación usualmente hacia fines de la estación seca, aunque también a lo largo de todo el año (Reynel et al, 1989). Las flores de esta familia son visitadas por abejas pequeñas y mariposas, pero aún no es claro si estos insectos son legítimos polinizadores. Las semillas son dispersadas por el viento. El género Cedrela se reconoce en el campo por la corteza externa agrietada, color marrón claro (beige) y la corteza interna conformada por delgadas placas exfoliables color crema y rosado blanquecino, superpuestas una a la otra, con olor característico, un suave olor a ajos. Cedrela odorata se reconoce de C. fissilis, la otra especie presente en la llanura Amazónica de Perú, por sus hojas y flores glabradas. 3.2. Criterios de evaluación para semilleros La selección de las características a evaluar de los árboles semilleros depende de la especie, la edad de los rodales y el objetivo de la producción. Algunas variables como las reproductivas y las de la madera, no se evalúan hasta que el árbol alcance una cierta edad mínima. Jara (1994), indica además que es posible dar una lista de características que se evalúan en todas las circunstancias como: DAP Alturas, forma del fuste (rectitud y circularidad), ramificaciones, libre de plagas y enfermedades y edad de floración y fructificación. Para Flores y Chavarry (2005), indican que la selección de árboles plus se basa en su fenotipo, debiéndose observar la forma del fuste, su altura, su disposición, el ángulo de inserción y grosor de ramas; la forma y volumen de copa, entre otros de interés. Flores et al (2005), manifiestan que los criterios relevantes a considerar en la elección de un árbol plus deben encontrarse relacionados con la edad, alturas, rectitud de fuste, forma de copa, diámetro de las ramas, poda natural, tolerancia a plagas y enfermedades y su sanidad. Para Mesen, F. (2006), la selección de árboles debe basarse en características de importancia económica que se encuentren bajo control genético. Para una especie maderable típica, un árbol sobresaliente será aquel dominante o codominante, de fuste recto, sin bifurcaciones ni torceduras en espiral, de ramas delgadas y horizontales, libre de enfermedades o plagas, de DAP y altura superiores al promedio y buena capacidad de autopoda. Dauber et al. (2003), manifiestan que conservar árboles muy grandes como “semilleros” es un desperdicio, ya que los datos sobre mortandad muestran que los árboles presentan un mayor riesgo de caída antes del siguiente ciclo de corta, por lo que es preferible conservar árboles que estén justo sobre el diámetro mínimo de corta. Asimismo, dichos autores indican que preferentemente, los árboles semilleros deberán ser altos y tener copa grande y saludable, liberados de bejucos. 3.2.1. Semilleros y regeneración de caoba. Se ha comprobado en un estudio en Bélice, México; que dejar árboles semilleros no es suficiente para asegurar el establecimiento de la regeneración natural de caoba, sino que se requieren tratamientos silviculturales de apertura del dosel. (Tolledo-Sotillo y Snook, 2005). Por otro lado en Quintana Roo, México; los árboles de caoba más grandes, producen más semilla que los árboles pequeños y pocos de estos árboles producen cero frutos en un año dado. Además, dispersan sus semillas a distancias mayores. Como consecuencia de estos patrones es conveniente dejar en el bosque los árboles grandes como fuente de semilla. (Cámara-Cabrales y Snook, 2005) Un estudio realizado en Campeche, México demostró que el peso y las dimensiones de los frutos de caoba tienen correlación positiva significativas con la cantidad y calidad biológica de las semillas producidas, siendo los frutos de mayor peso y tamaño recomendables para el acopio de la mayor cantidad de semillas viables (CATIE) . La semilla se dispersa por el viento y se tienen evidencias de que la distancia máxima que alcanza es de 60 m alrededor del árbol madre, con tendencia de mayor concentración de semillas y plántulas en la dirección de los vientos dominantes (Rodríguez et al., 1992). En cuanto a las condiciones de suelo para la germinación de la caoba, ésta crece en gran variedad de condiciones edafológicas, desde suelos arcillosos hasta suelos con arenas gruesas (Adolfo, 2007). Asimismo, la semilla no requiere de tratamientos para su germinación (Cordero y Boshier, 2003). La regeneración natural de caoba, va a depender de la presencia de fuentes de semilla y condiciones aptas para la germinación y desarrollo posterior (CATIE, 1976). Snook (2003), comprobó que el mayor crecimiento de la regeneración de caoba correspondía a los claros mayores. Asimismo, en la Selva Maya, México; se concluyó que los árboles de caoba se establecen y crecen en aperturas relativamente grandes aproximadas a media hectárea y que las plántulas de caoba no sobreviven bajo el dosel del monte (Snook y López, 2003). 3.2.2. Semilleros y regeneración de cedro. Un estudio en Bolivia indica que conservar árboles muy grandes como semilleros para Cedrela odorata es un desperdicio, debido a que los datos de mortandad muestran que los árboles presentan un mayor riesgo de caída antes del siguiente ciclo de corta, es preferible conservar árboles que estén justo sobre el diámetro mínimo de corta (Dauber et al., 2003). En un estudio de la CATIE se analizaron los frutos de Cedrela odorata y determinó el rendimiento de semillas en condiciones naturales, los resultados mostraron que los frutos de cedro producen en promedio 25 (+/-4) semillas desarrolladas, de las cuales 15 (+/-9) son capaces de dar origen a una nueva planta, al igual que en caoba los frutos de mayor peso y tamaño mostraron mejor calidad y cantidad de semillas (Niembro, sf). Cedrela odorata se puede encontrar de manera más común en las arcillas derivadas de piedra caliza (Holdridge, 1943, Marrero, 1948; Ramírez-Sánchez, 1964). Pero crece también en los sitios bien drenados sobre suelos ácidos derivados de rocas volcánicas (Ultisoles). El denominador común parece ser el drenaje y la aireación del suelo y no su pH (Holdridge, 1976; Styles, 1972; Whitmore, 1976). Lamb (1968), indicó que en condiciones de bosques cerrados más secos Cedrela odorata logra mejores resultados, generalmente con una buena aireación y una acumulación de bases en los suelos. En el bosque natural, es común encontrar una alta densidad de plántulas cerca de los árboles productores de frutas poco después del comienzo de la temporada lluviosa, pero la mayoría de estas plántulas desaparece a la mitad de la temporada lluviosa o poco después; esta alta mortalidad natural puede deberse a la sombra o la competencia (Vega, 1974). 4.1. Área de Estudio El ámbito del estudio fue la región Madre de Dios, específicamente en las unidades de producción permanente otorgadas bajo la modalidad de concesiones forestales con fines maderables y permisos en tierras de comunidades nativas; asimismo, se consideró un área sin intervención representada por una concesión forestal con fines de conservación.
Figura 1. Área de estudio (áreas coloreadas en un solo bloque, sin límites)
En la figura anterior se aprecia el ámbito del estudio y además, los sectores donde se efectuaron las evaluaciones a través de muestreos, tanto en la provincia de Tahuamanu como en Tambopata, dentro del departamento de Madre de Dios. 4.2. Metodología El proceso metodológico para observar el estado de la regeneración natural y evaluación de árboles semilleros para las especies Swietenia macrophylla King. y Cedrela sp. implica tres fases y consta de una serie de actividades que deben aplicarse para cada una de las especies: 4.2.1 Fase Inicial: Preparación de la información En esta etapa se realizan cuatro actividades: la recopilación de información secundaria, el análisis de datos, determinación de las variables a emplear y el diseño metodológico de la etapa de campo, las mismas que son detalladas a continuación: 4.2.1.1. Recopilación de información secundaria: La metodología descrita hace referencia a las evaluaciones en unidades de aprovechamiento donde se han otorgado concesiones forestales con fines maderables y permisos de extracción en tierras de Comunidades Nativas. Se debe recolectar información actualizada y oficial aprobada por la Autoridad Regional competente o de ser el caso, por la Autoridad Nacional Forestal en sus diferentes dependencias regionales; asimismo, es interesante contar con estudios realizados sobre temas de regeneración y evaluación de árboles semilleros en el ámbito del trabajo de investigación, a fin de enriquecer la información colectada y contar con patrones de comparación. La información actualizada de las concesiones forestales con fines maderables y Comunidades Nativas contemplan los siguientes documentos oficiales:- Resoluciones que han aprobado los Planes Operativos Anuales (POAs)
- Planes Operativos Anuales (POAs) en las cuales se incluyan los censos forestales.
- Resultados del inventario forestal exploratorio de toda la superficie de la concesión.
- Planes silviculturales implementados por las concesiones.
- Plan General de Manejo Forestal para toda el área de la concesión
- Resolución de aprobación del PGMF para toda el área de la concesión.
- Informe de ejecución del Plan Operativo Anual.
- Estudios de monitoreo y dinámica del bosque concesionado, donde se incluya el seguimiento a ambas especies.
- Número o código del árbol semillero
- Diámetro a la altura del pecho (dap) cm.
- Altura total (at) m
- Altura comercial (ac)
- Ubicación (UTM)
- Año de POA
- Nombre y número de contrato o permiso
Para la proyección el jefe de brigada se situó a una distancia aproximada de 3 m desde la base del árbol e indicó al trochero donde ubicar el “0” de la cinta (proyección de la generatriz izquierda) y luego indicó al matero donde debe señalar con su dedo en la cinta la lectura de medición del diámetro (proyección de generatriz derecha) (Figura 3).
Figura 5. Determinación del punto de referencia para la altura de medición del DAP.
- Alturas
- Altura comercial, fue tomada desde la base de la primera troza comercial hasta el punto del fuste donde se considere comercializable, excluyéndose sectores defectuosos severos o con presencia de ataques biológicos. En árboles con ahusamiento eminente y severo en la base del fuste, se descontó la base irregular hasta que la sección fue de una forma ovalada o circular.
- Altura de fuste, longitud considerada desde la base del árbol hasta el punto de copa o base de la bifurcación principal del fuste, no confundiéndose con las ramas secundarias que pueden presentarse en el fuste antes del punto de copa.
- Altura total del árbol, comprendida entre la base del árbol y el punto de más extremo y apical de la copa.
Figura 6. Determinación de alturas
iii. Evaluación cualitativa, se concentra en la descripción de una serie de variables propias de cada individuo, las mismas que se detallan a continuación:- Dominancia: se observó la posición vertical relativa de la copa del árbol semillero con respecto a la altura de los árboles acompañantes, pudiéndose encontrar en el estrato superior, medio o inferior en relación con sus vecinos (Figura 7).
Figura 7. Niveles de dominancia
- Número de ramas encima del punto de copa (Primera bifurcación): se indicó el número de ramas se indicó el número de ramas principales que ante cualquier eventualidad natural dañaría la estructura del árbol semillero (Figura 8).
Figura 8. Conteo del número de ramas por encima del punto de copa y presencia de ramas secundarias en el fuste
- Posición de las ramas (ángulo de inserción): se estimó visualmente, apreciando el ángulo de inserción predominante formado por las ramas principales con el fuste del árbol, el ángulo fue tomado con relación al eje del tronco y en sentido horario para cada una de las ramas, efectuándose un promedio entre el total de ramas principales. Se deben considerar las siguientes clases: Perpendicular al fuste (90°), distancia media al fuste (45°) y cercano al fuste (0°), tal como indica la Figura 9.
- Estado sanitario: se realizó una observación exhaustiva y objetiva del individuo que fue evaluado y se anotó si el árbol se encontraba sano o afectado por alguna enfermedad o si se encontraba atacado por hongos, insectos u otros animales. Asimismo, la evaluación contempló la observación de todos los lados del fuste del árbol. El estado sanitario se clasificó de la siguiente manera; sano, ataque hasta 1/3 del fuste, ataque hasta 2/3 del fuste y superior a los 2/3 del fuste (Figura 10).

Figura 10. Ejemplos de diversos ataques en el fuste
- Infestación de especies parásitas, sogas y lianas: se evaluó la cantidad de especies que habían invadido el tronco y la copa. El nivel de infestación se clasificó de la siguiente manera: libre de lianas y bejucos, presencia en el fuste, presencia leve en fuste y copa, presencia en fuste y copa (Figura 11).

Figura 11. Grado de infestación de lianas y/o bejucos
- Estimación del vigor del árbol: se observó la vitalidad o fuerza que tiene el árbol para hacer funcionar todas las características fisiológicas, las cuales están asociadas a su crecimiento y desarrollo, esta estimación se da en relación a los demás individuos dentro de la comunidad. El vigor del árbol se clasificó de la siguiente manera: alto, cuando el individuo presentó características de buena calidad en comparación con los árboles que se encontraron a su alrededor; medio, cuando sus características fueron iguales y bajo, cuando sus características estuvieron por debajo del nivel de calidad de la comunidad (Figura 12).

Figura 12. Vigor del árbol
- Características de las aletas: se consideró la medición de los lados del triángulo formado por cada aleta y su dirección. Para las mediciones, se consideró como altura de aleta la distancia desde el nivel del suelo hasta el nivel donde la aleta se pierde y forma parte del fuste; en el caso de la base de la aleta, se consideró la distancia entre el fuste y el final de la misma o cuando ésta llega a perderse en el suelo. La dirección de la aleta se tomó con ayuda de la brújula, indicándose el azimut (Figura 13).
Figura 13. Evaluación de las características de las aletas de árboles
- Rectitud del fuste: se observó en función al nivel de aprovechamiento maderable, para la evaluación se consideró si el fuste forma un ángulo de 90° con relación al suelo se trataría de un fuste recto; si forma un ángulo menor a 90° con relación al suelo es inclinado; un árbol recto torcido, cuando el fuste se ha desviado de su eje natural y posteriormente puede volver a él y finalmente un fuste torcido cuando la parte superior del tronco va en una dirección y la inferior en dirección opuesta (Figura 14).
Figura 14. Rectitud del fuste
- Descripción de la corteza externa: se apreció la existencia de grietas (abertura larga y estrecha, producto de la separación de la corteza), rajaduras (es la ruptura de la corteza, con mayor profundidad que la grieta) en función a mostrar la predisposición del fuste a daños o infecciones.
- Estado del fuste: se observó su condición de producción de madera: sano o con posible hueco medular; para ello, se practicaron unos golpes al fuste y en base al sonido generado por el vacío interior se determinó la posibilidad de la presencia de un hueco central.
- Estado fenológico: se indicó el estado en que se encontró el árbol semillero al momento de la evaluación, en una de sus cuatro fases: floración, fructificación, dispersión o latente (Figura15).
Figura 15. Frutos de caoba en maduración (fructificación) y frutos de cedro que ya diseminaron sus semillas (dispersión).
- Forma del área basal: se señaló la forma geométrica característica a 1.3 m de altura sobre el suelo, clasificándola como círculo (DAP mayor y menor similares), elipse (diferencia marcada entre ambos DAP) o estrella (formada por el ahusamiento en la base del fuste) (Figura 16).
Figura 16. Forma de la sección del área basal
- Forma de la copa: se indica el tamaño y la forma geométrica característica de la copa de acuerdo a la calificación basada en cinco puntos de Synnott (1979), clasificándose en: circulo completo, circulo irregular, medio circulo, menos que medio círculo y solamente pocas ramas.

Figura 17. Clasificación de la forma de copa (Synnott T, 1979)
- Estado físico: se observó si el fuste presentó daños mecánicos, los cuales deterioran su calidad, disminuyen la posibilidad de progreso del árbol e incluso conllevan a su muerte; este daño está asociado principalmente a labores de aprovechamiento, como por ejemplo cortes con motosierra (Figura 18).

Figura 18. Hueco originado por motosierra
b. Evaluación del sitio
Los mapas de dispersión fueron de gran ayuda y funcionaron como una herramienta de apoyo y planificación, permitiendo tomar decisiones en la ruta de evaluación diaria.
La evaluación del sitio de árboles semilleros se realizó efectuando un transecto de 30 m horizontales en cada dirección cardinal tomando como punto central al árbol semillero, efectuando observaciones a lo largo de ella, evaluando la periferia y detallando en promedio:
- Descripción de la vegetación
Espesura: está relacionada con la densidad de la frondosidad, ramaje y al follaje de las copas que conforman el dosel. Para la evaluación se consideró la siguiente clasificación (Figura 19):
- Cubierto: indica que el dosel observado es denso y cerrado, lo cual no permite la incidencia directa de la luz al nivel inferior del bosque.
- Medio: se refiere a un dosel que está formado por copas que tienen cierto grado de conectividad. Muestra un dosel que presenta pequeños claros que permiten la incidencia directa o indirecta de la luz solar al suelo.
- Despejado: dosel constituido por copas de árboles dispersos, con poca o nula conectividad entre las ramas. Presenta áreas despejadas de tamaño considerable, donde la luz solar incide directamente sobre el suelo permitiendo la regeneración de las plantas, modificando el microclima del nivel del suelo y el agua disponible.

Figura 19. Grados de espesura del bosque
Nivel del sotobosque: es el estrato conformado por plantas que se encuentran en la parte inferior (menor tamaño) de la estructura del bosque, cuya densidad depende de la luz que logre penetrar el dosel. Se evalúa según tres categorías:- Alto: estrato constituido por árboles jóvenes, en el rango de 1.5 metros de altura, hasta 10 cm de dap. Forman capas discontinuas debajo del dosel.
- Medio: constituido por arbustos y árboles jóvenes de menor tamaño.
- Bajo: con presencia de vegetación, como plántulas y plantones; la cantidad y las especies dependen de las condiciones de iluminación.
Figura 20. Medición de la pendiente.
Drenaje, se clasificó en tres categorías:- Bueno: cuando se encontraron suelos ligeros, los cuales no presentan retención de agua, evacuando los fluidos de manera eficiente por escurrimiento superficial y por infiltración profunda.
- Moderado: cuando se pudieron observar pequeños charcos de agua pero que aparentemente son temporales, presentando un escurrimiento lento.
- Pobre: son suelos pesados, donde no existe un flujo de agua constante y es almacenada en forma de charcos.
- Alto: nivel alto de descomposición reflejado en la abundancia de materia orgánica que crea un manto de tierra oscura sobre el suelo, donde se desarrolla también una activa vida animal.
- Medio: presencia de materia orgánica en menor grado, se encuentra disperso en el área evaluada.
- Bajo: suelos con presencia mínima de materia orgánica. Se logra observar la superficie del suelo.
- Arcilloso: este tipo de suelo posee mayor porcentaje de arcilla, presentando una textura fina. Tiene capacidad de almacenar agua y nutrientes. Suelos con bajas posibilidades de aereación y una elevada viscosidad lo cual se traduce en una resistencia a la penetración de raíces. Para identificar el tipo de suelo en campo se puede formar un círculo con la tierra y no agrietándose o agrietándose muy poco.
- Franco: este tipo de suelo presenta proporciones aproximadamente igual de arena, limo y arcilla, presentan una textura media. El color del suelo franco puede dar indicio de su composición, mientras más oscuro contiene mayor cantidad de materia orgánica. Para fines prácticos de identificación del tipo de suelo franco, se puede amoldar la tierra en la mano para formar un cilindro que se quiebra al doblarlo.
- Arenoso: suelo constituido en su mayoría de arena, lo que permite una buena aireación, la tierra permanece suelta y con granos separados. Absorben el agua pero no tienen capacidad de retenerla, al igual que los nutrientes, los cuales por lixiviación son arrastrados hacia el subsuelo. Presenta un grado mínimo de cohesión al juntarla.
- Sub Parcelas tipo A, las cuales poseen una dimensión de 20 x 20 m y una cantidad de cinco por cada dirección de eje cardinal, totalizando 20 sub parcelas. Dentro de ellas se tomó la información referente a fustales y árboles (individuos con DAP superior a 10 cm), en cada caso se reportó su ubicación, DAP y alturas.
- Sub Parcelas tipo B, tienen una dimensión de 10 x 10 m y una cantidad de cuatro por eje cardinal distanciadas una de otra por 20 m y ubicadas alternadamente a la derecha o izquierda de la trocha de orientación central. En éstas se evaluaron latizales altos, los cuales comprenden a los que se encuentran entre 5 y 10 cm de DAP.
- Sub Parcelas tipo C, poseen una dimensión de 5 x 5 m, siendo ocho por orientación y se encuentran dentro de las sub parcelas B unidas por una arista. La vegetación evaluada son los latizales bajos, individuos que poseen DAP inferior a 5 cm hasta una altura total de 1.3 m.
- Sub Parcelas tipo D, su dimensión es de 2 x 2 m, son 16 por faja y se encuentran dentro de las sub parcelas C, ubicadas en las dos aristas no contiguas (opuestas entre sí).
- Sub Parcela tipo E, es la parcela ubicada bajo del árbol semillero y es formada por todos los límites de las primeras sub parcelas tipo A, posee una dimensión de 20 x 20 y se registra la presencia de posible regeneración o de árboles establecidos de caoba o cedro.
- 1. Sólo en los casos en que se encontró regeneración en algunas de las respectivas subparcelas (no se consideran observaciones) en dos parcelas contiguas, la brigada efectuó unos recorridos cruzando de una parcela hacia la otra, siguiendo la dirección de la línea imaginaria formada por las estacas colocadas a 90 m en ambos ejes, retornando en la dirección de las estacas colocadas a los 50 m del árbol semillero en cada parcela, permitiendo observar regeneración adicional en los sectores fuera de las muestras. Es así que se obtiene, en ciertos casos, información referente a áreas con orientación Nor-Oeste, Nor-Este, Sur, Oeste o Sur-Oeste.
- 2. En los límites de las parcelas que coincidieron un individuo de caoba y/o cedro según sea el caso, en las especies estudiadas y que se encuentren total o parcialmente dentro de la sub parcela, el registro se efectuará de manera impar, considerando los individuos encontrados pares fuera de la parcela, no siendo contabilizados en el muestreo pero sí en observaciones.
- Asimismo, en caso encontrar otros individuos de cedro y/o caoba que se encuentren totalmente fuera de la subparcela, se anotará su existencia y dimensiones en observaciones.
En líneas generales del gráfico 3 y 4, se tiene que los árboles evaluados de caoba se concentran en un rango de altura de 25 a 29 m, mientras en cedro, se encontró un mayor número de individuos en el rango de 20 – 24 m de altura; sin embargo, en líneas generales en ambas especies los individuos evaluados tuvieron alturas que oscilaban entre los 20 y 34 m de altura total.
5.2 Evaluación cualitativa Los resultados obtenido son parte de una constante retroalimentación y entrenamiento de cada profesional, ya que se ha podido ajustar los criterios y dar paso a establecer parámetros únicos para que cada uno de los evaluadores pueda tener un criterio muy similar. 5.2.1. Dominancia El siguiente gráfico presenta el grado de dominancia encontrado en los árboles evaluados para ambas especies en zonas intervenidas y testigo.Foto 5. Grado de infestación de lianas y/o bejucos. Presencia de lianas en la copa (lado izquierdo) y enrollado en el fuste (lado derecho). En ambos casos requieren de una corta de lianas.
5.2.6 Rectitud del fuste En el gráfico 10 se pueden apreciar los resultados de las evaluaciones de la rectitud del fuste en árboles semilleros de caoba y cedro.Foto 6. Rectitud del fuste. De izquierda a derecha se puede apreciar los diferentes grados de rectitud, teniendo un teniendo un fuste recto, otro ligeramente retorcido y finalmente uno torcido
5.2.7 Estado fenológico En el gráfico 11 se presenta el estado fenológico por época y sector de evaluación para árboles de caoba. Se resalta que las evaluaciones se han realizado en dos momentos, una en junio y otra en agosto del mismo año.Foto 7. Estado fenológico
Árbol de caoba con presencia de frutos en su copa, los mismos que se encuentran en proceso de maduración aún (derecha). En el lado izquierdo, una semilla de caoba encontrada bajo un árbol semillero
En el gráfico 12 se presenta el estado fenológico por época y sector de evaluación para árboles de cedro.
Gráfico 12. Estado fenológico de las muestras de cedro registrado en diferentes sectores y épocas
A diferencia que caoba, el cedro posee mayor irregularidad en sus estados, pudiendo observar en diferentes sectores comportamientos que varían, tanto en junio, donde se tiene un pequeño grupo de semilleros en floración y otro en dispersión; Sin embargo, mayoritariamente se tiene latencia y fructificación; sin embargo, durante agosto se observaron en latencia principalmente en sectores centrales y Sur de Madre de Dios. (Foto 8).
Foto 8. Estado fenológico. Árbol de cedro con presencia abundante de frutos en su copa. (Derecha). A la izquierda, frutos abiertos que ya dispersaron semillas.
5.3 Evaluación cuantitativa Esta evaluación contempla todas mediciones realizadas en árboles semilleros de caoba y de cedro en las dos condiciones de evaluación (Foto 9,10). El cuadro 4 presenta los resultados obtenidos en las evaluaciones de árboles semilleros de caoba en sectores intervenidos y testigo.
Foto 9. Mediciones en aletas. De izquierda a derecha se presenta la medición de la longitud de aletas y su altura respectivamente.
Foto 11. Regeneración natural de caoba. Arriba, brinzal en una subparcela de evaluación tipo D. Abajo, una plántula de caoba, notándose la presencia de semilla que le dio origen.
En el caso de cedro, el gráfico 14 muestra la tendencia encontrada para su regeneración natural. S/ 1,816.52 S/ 1,816.52Foto 12. Regeneración natural de cedro. Latizal bajo encontrado en una sub parcela de evaluación tipo B. (Derecha). A la izquierda, una plántula encontrada dentro de la zona de evaluación, en este caso su registro se efectúa en observaciones.
En cuanto a fustales y árboles encontrados dentro de las parcelas de evaluación, los gráficos 15 y 16 muestran dichas tendencias.
- La metodología desarrollada y validada en campo, ha permitido conocer el estado de los árboles semilleros y de la regeneración natural; además se demostró que esta metodología es una herramienta práctica, sencilla y económica para los diferentes actores forestales como título habilitantes, autoridades regionales, nacionales, CITES y de fiscalización, basada en criterios técnicos y científicos.
- Los árboles reservados como semilleros de la especie caoba, en líneas generales, poseen características fenotípicas óptimas para ser seleccionados como tales; sin embargo, los fustales y árboles que acompañan a éstos son escasos y poseen una distribución irregular, dificultando la selección de los mejores individuos para ser considerados como fuente de polinización.
- Los árboles semilleros de cedro también poseen condiciones deseables para ser seleccionados como fuente de semilla; asimismo, los fustales y árboles acompañantes poseen una distribución de J invertida casi perfecta, lo que indicaría que esta especie posee mayores posibilidades de recuperación en años futuros, ya que además, se pueden seleccionar cierto número de individuos de condiciones apropiadas como fuente de polinización para los semilleros.
- La regeneración natural de caoba existe en escasas unidades de manejo y donde se encuentra, su abundancia es muy reducida, obteniendo en promedio 1.63 brinzales/ha en sectores intervenidos y sin presencia en zonas testigo; asimismo, ésta regeneración posee una tendencia a establecerse hacia el Sur del árbol semillero, aunque también existen avistamientos en otras direcciones; sin embargo, en áreas perturbadas, no prospera conforme pasan los años de la intervención, encontrando inexistencia o presencia muy escasa en parcelas cuya antigüedad de aprovechamiento supera los cinco años.
- El cedro posee mejor distribución y reclutamiento, encontrándose en casi todas las unidades de manejo pero en diferentes intensidades, obteniendo en promedio casi 8 brinzales/ha, 2 latizales bajos/ha, 1 latizal alto cada 5 ha en áreas circundantes al árbol semillero, sin tener preferencias de orientación para su establecimiento; sin embargo, en áreas de manejo para fines maderables, el cedro posee regeneración natural importante en parcelas que poseen hasta siete años de antigüedad.
- Difundir la metodología aplicada para la evaluación de árboles semilleros y regeneración natural a los titulares de áreas bajo manejo, Autoridades Nacionales Forestales y Regionales a fin de brindar una herramienta coherente y técnicamente sustentada para efectuar evaluaciones o monitoreos para ambas especies y que además sirva de modelo para ser adaptadas y validadas en otras especies diferentes a las incluidas en Apéndices CITES.
- A pesar de contar con un número significativo de árboles semilleros de buenas condiciones, tanto de caoba como cedro, existen algunos que ya no cumplen dicha función, al encontrarse volteados o rotos por efectos naturales o tumbados como si fueran árboles aprovechables; además, de encontrar que algunos individuos de caoba se encuentran entrelazados y pegados a otro árbol, específicamente a un shihuahuaco, generando gran competencia por satisfacer sus necesidades fisiológicas o en otros casos son árboles de diámetros inferiores donde la calidad y cantidad de la semilla producida no sería la óptima y más adecuada para considerarlos como semilleros; por ello se recomienda realizar una evaluación cualitativa de otros árboles de la misma especie considerando esta guía metodológica para tal fin y seleccionar los mejores fenotípicamente y reemplazados por aquellos que no cumplen con la función de un árbol semillero.
- En cuanto a las evaluaciones cualitativas, existen árboles que poseen gran cantidad de lianas y bejucos, quitando vitalidad al árbol e inclusive debilitándolo al poseer una infestación muy alta; asimismo, en los documentos de gestión se visualizan actividades de silvicultura que comprenden la corta de lianas y el manejo de regeneración natural, por ello es recomendable aplicar efectivamente esta actividad para disminuir la competencia del árbol y su posible afectación si la presencia de lianas es severa.
- Los árboles semilleros con baja vigorosidad, ataques de agentes biológicos en el fuste y torcidos deben ser retirados para que sus flores no polinicen árboles de mejores condiciones y así tratar de asegurar que la descendencia tendría buenas características fenotípicas; asimismo, los árboles acompañantes o vecinos de los semilleros óptimos deben tratarse de la misma manera, evaluarlos y seleccionar aquellos que deben ser retirados para evitar la contaminación genética.
- Considerar estudios complementarios para poder conocer de mejor manera el comportamiento de los árboles semilleros y en base a los resultados fundamentar criterios o reajustar algunos valores en cuanto a diámetros, intensidades de corta, exigencia de tratamientos silviculturales, porcentaje mínimo de árboles reservados como semilleros, entre otros que hoy en día tienen en vigencia.
- Efectuar muestreos diagnósticos antes y posteriores a la intervención, determinando el estado de la regeneración y visualizando las características del sitio donde se han desarrollado, con dicha información deben construir modelos de establecimiento para ir aplicándolos en sectores ya intervenidos, buscando siempre la recuperación de la población original, favoreciendo con luz y retirando a la competencia directa no deseable o de poca vitalidad.
- Se debe monitorear la dinámica de la regeneración por estadío, detectando los problemas principales para el reclutamiento y observar las causas de la mortalidad, enriqueciendo el trabajo realizado de los diagnósticos recomendados; asimismo, se debe dar seguimiento al incremento diamétrico y altitudinal, para formular tendencias de crecimiento y efectuar los ajustes necesarios en los documentos de gestión.
- El mismo monitoreo debe contemplar la evaluación de diferentes individuos productivos o árboles semilleros para determinar su periodicidad en cada estado fenológico y realizar ensayos de producción y de germinación para ver a partir de qué diámetro el cedro y caoba inician su madurez sexual y cuando se obtiene la mejor calidad y cantidad de semilla; información de suma utilidad para reajustar los diámetros mínimos de corta establecidos actualmente, ya que se desconoce si verdaderamente está quedando el mejor material genético y en la abundancia necesaria para no afectar a las poblaciones de cedro y caoba. Asimismo, se deben considerar aquellas parcelas aprovechadas durante los primeros años de aprovechamiento para las evaluaciones y aplicación de tratamientos.
- Elaborar e implementar un plan silvicultural para cada área aprovechada de acuerdo a los resultados de todos los muestreos realizados y orientación futura que se desea para el bosque de acuerdo a la visión de la empresa.
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- 1. Evaluación de la regeneración de caoba
De lo anterior, se tiene la siguiente prueba de hipótesis (cuadro 14)
Por lo tanto, se puede afirmar que la distribución en los estadíos en los años del 2007 al 2012 es distinta para los sectores intervenidos. Esta tendencia puede apreciarse en la siguiente figura 4: